Cuarto libro de la saga "Los hijos de la Tierra". Si hasta ahora los libros eran bastante entretenidos, este marca un punto de inflexión. De sus 1000 páginas, me resultaron medianamente interesantes las 300 ultimas. Para mi gusto la autora trata de estirar demasiado la historia. Me resultó un poco interesante la historia del campamento de mujeres hacia el final del libro, pero el resto de la historia es bastante infumable. La verdad es que no sé si plantarme ya con este libro o seguir con el último. 2/10.
De la contraportada:
Ayla y Jondalar abandonan la seguridad de la tierra de los cazadores de mamuts cerca del Mar Negro y emprenden un largo y difícil camino a través de un continente entero. Su objetivo es el emplazamiento Cro-Magnon, lo que hoy en día es el sur de Francia, desde donde Jondalar había partido años atrás.
Acompañados por su domesticado lobo, el noble caballo Corredor y la serena yegua Whinney, desafían a enemigos salvajes y elementos peligrosos del terreno en la búsqueda del lugar que se convertirá en su hogar.
