Primer libro de 2011 que cae. Después de la decepción del libro anterior no tenía una predisposición muy buena de cara a este volumen, pero como estaba rondando por mi pila de libros pendientes decidí darle una oportunidad y qué demonios, finalizar la saga. La verdad es que me resultó bastante entretenido y tiene un ritmo bastante bueno, ya que a pesar de que pasan cosas menos interesantes que en el anterior volumen es mucho más entretenido, no sé si es que a la autora le pasó algo mientras escribía el cuarto libro.
En cuanto a la historia, en este volumen se recoge las vivencias de Ayla y Jondalaar en el pueblo de este último, cómo ambos se unen en la ceremonia nupcial y forman su propio hogar. Parece ser que aún queda un sexto libro que se publicará a mediados de 2011 y que finalizará las aventuras de Ayla.
De la contraportada:
Después de su épico viaje a través de Europa, Ayla y Jondalar llegan por fin a su hogar, la Novena caverna de los Zelandonii, al suroeste de Francia, antiguo emplazamiento de la Edad de Piedra.
La familia de Jondalar se muestra cauta con Ayla, la bella y joven mujer qye le acompaña, criada en su infancia con el Clan. Pronto se verá sorprendida por sus costumbres y forma de vida, así como por sus ropas, casa y diferentes formas de interpretar el arte. Ayla queda encantada cuando encuentra a Zelandoni, la líder espiritual de la Novena Carverna, junto con la que podrá compartir sus conocimientos y prácticas medicinales de curación.
Tras las dificultades y los peligros que hasta ahora les han acechado, Ayla anhela paz y tranquilidad junto a Jondalar, a quien desea unirse en la inminente ceremonia matrimonial. Sin embargo, sus singulares dotes espirituales no pasan inadvertidas a los integrantes de su nueva comunidad, e incluso después de dar a luz a su deseado hijo debe aceptar la idea de que tiene que desempeñar un papel más decisivo en el destino de los Zelandonii.
No hay comentarios:
Publicar un comentario